El trabajo de grupo, la consulta entre colegas y el constante apoyo y supervisión de los responsables han contribuido a que la labor del traductor deje de ser una actividad solitaria y sinónimo de aislamiento. El cumplimiento del método de trabajo y los controles de calidad nos han conducido hacia un continuo desarrollo y crecimiento.  
 
  MANTA Y LOS FREE LANCERS
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Otras veces el traductor free lance se ve obligado a rechazar un pedido por diferentes razones: porque está ya ocupado en otros proyectos para otros clientes o porque le surgieron problemas imprevistos.

Para una agencia de traducciones esto puede significar no poder contar con un recurso habitual, conocido o fiable y verse obligada a buscar vías alternativas como la de tener que recurrir a traductores ocasionales o de emergencia.

Esto crea preocupación en la agencia por la incertidumbre sobre el desempeño de este colaborador “no habitual”.

Elecciones de este tipo pueden tener consecuencias negativas en el trabajo final, como la falta de homogeneidad en el lenguaje o problemas de estilo en relación con trabajos anteriores realizados por colaboradores habituales.
 
     
 
     
  Al formar parte de una empresa, a los traductores se les abren múltiples posibilidades de crecimiento, inclusive la opción de desempeñarse en algunas de nuestras sedes o grupos de trabajo en el exterior.